Hace ocho años, una camaleónica Ingrid Irivarren, periodista, conductora de noticias, Miss Perú 1992 y modelo, se fue a vivir a México. Había firmado un contrato exclusivo con Televisa y trabajaría en la cobertura de las olimpiadas de Sidney 2000. Ese fue su primer acercamiento con aquel megaconsorcio de las comunicaciones. Luego mantendría una relación estable como conductora de distintos programas especiales. A eso se dedicó hasta el año pasado, cuando organizó en México el primer Viva Perú y entonces decidió que se involucraría al cien por ciento con proyectos que estrechen relaciones entre mexicanos y peruanos.
–Acabas de ofrecer también un Viva México en Lima, ¿ahora qué sigue Ingrid? –El hecho de que el evento se haya acabado no significa que dejemos de promocionarnos como país y como destino turístico. A partir del próximo año me gustaría invitar a grupos de líderes de opinión peruanos a México. Por otra parte, del lado de México hay también mucho interés. Incluso me han propuesto llevar el Viva México a otras ciudades como Nueva York. Pero vamos a paso a paso, cada cosa en su momento.
–¿Qué ganas tú con todo esto? –Lo hago por iniciativa propia, por voluntad. Nada de esto tiene fines de lucro. Es algo que le debo al Perú, es parte de mi gran amor al país que me vio nacer y, claro, a México, el país al cual pertenece ahora mi día a día.
En México Ingrid vive en un departamento de Polanco, un barrio residencial y al mismo tiempo comercial, algo así como San Isidro, digamos, cuyas paredes están decoradas con importantes piezas de arte. Tiene un Szyszlo, por ejemplo. En Lima, donde también conserva un departamento con vista al Golf de San Isidro, tiene además cuadros de Gerardo Chávez, Andrés Molina y Ramiro Llona. “El arte es una de mis principales motivaciones pues te permite liberar emociones en medio de la vorágine de la ciudad. El arte es como un refugio”, dice Ingrid, piscis, treinta y ocho años.
–¿Cómo así al empresario Carlos Slim le interesó mostrar en Lima, en el Museo de Arte Italiano, una de sus colecciones de arte? – Carlos Slim es un amigo personal. Pero al margen de eso, él siente que tiene mucho compromiso con ell mundo. Dadas las cercanías, estuvo con nosotros en Viva Perú el año pasado, nos dio consejos y orientó en muchos temas. Es como el padrino de todo esto. Y con la visión que tiene está muy interesado en seguir aportando al intercambio de ambos países. Por eso ahora nos entrega piezas que no puedes verlas, incluso, ni en el Museo Soumaya de la Fundación Carlos Slim, porque se trata de piezas personales, como las de Dalí o Rodin, que pertenecen a su intimidad.
–Se dicen muchas cosas sobre Carlos Slim, es como una legenda viva. –Sí, él es una leyenda, es un hombre con mucha genialidad. Me acuerdo que hace un par de años, cuando estábamos juntos en Machu Picchu viendo las ruinas con la guía, él dijo: “ahorita regreso”, y se sentó en una de las mágicas rocas que tenemos allí. Lo veíamos a lo lejos haciendo números y fórmulas. Y cuando regresó ya tenía un nuevo sistema para la telefonía celular. Es un cerebro que no deja de pensar nunca. Esté donde esté, siempre está procesando como una caja registradora. Entonces en broma le decía: “esa nueva fórmula se la debes a Machu Picchu”.
–¿Tu vida ahora ya está lejos del Perú? –Mi vida hoy en día está en México, pero vengo seguido al Perú y con muchas ganas. Mi mamá, mi hermano y mis sobrinos están aquí. En México me he ganado un lugar, cosa que no es fácil, y tengo gente que es de mi corazón, que me quiere y aprecia y yo a ellos.
–¿Cómo es un día tuyo allá? –Muy variado, soy una persona muy activa. Me gusta, por ejemplo, hacer deporte. Cuando tengo la oportunidad corro por lugares históricos, a lo mejor por el castillo Chapultepec. Me gusta correr disfrutando los paisajes que tiene Polanco. Solo que por vivir allá tengo un grave problema. A media cuadra de mi casa está lo que vendría a ser la quinta avenida de México, donde están todas las tiendas de marca: Gucchi, Chanel, todas, todas, todas están ahí. Es una tentación pasar por esa calle porque nunca sabes cómo regresas. Tengo cerca a restaurantes y museos y los mejores hoteles de México están a dos minutos de mi casa.
–En la ciudad de México hay como una ola de inseguridad. ¿La has sentido? –Sí, me asaltaron con pistola en la calle. Fue un día que estaba sin guardaespaldas, en mi camioneta nuevecita, impecable, acababa de llegar de un viaje maravilloso que hice a China durante un mes. Entonces regresé a México y lo único que quería era seguir sintiéndome libre. Pero cuando estaba en un semáforo, a las once de la mañana, escuchando música a todo volumen, porque cuando estoy sin el chofer me siento como más liberada, de pronto me tiraron un balazo.
–¿Cómo fue eso? ¿Te pasó algo? –Me querían robar el reloj. Estaba con la ventana cerrada y el asaltante puso la pistola para que yo la baje. Pero con la música a todo volumen, mirando al frente, ni lo veía. Así que lo desesperé al pobre hombre y entonces disparó el balazo. Se rompieron todos los vidrios pero la bala ni me tocó. Tampoco me llegaron a robar algo. Justo hace menos de un mes estuvimos allá en una marcha por la paz, porque ya había casos de inseguridad extremos.
–¿Has tomado alguna precaución desde ese incidente, Ingrid? –Ya tengo una camioneta blindada y procuro no salir sin chofer. Pero hago muchas cosas y las voy a seguir haciendo porque no voy a dejar de ser yo por todo eso. Me gusta disfrutar de la ciudad, de su sabor y de su corazón. Por eso trato de caminar y no solo de subirme al auto para que el chofer me lleve y después el guardaespaldas me espere. Intento escapar de todo ello e irme al parque con mi perrita Mora, caminar hacia un restaurante o ponerme un buzo y salir a correr. Yo no soy de las que vive con miedos, yo camino sintiéndome segura.
–Y en el amor, ¿también te sientes segura? –Creo que estoy en una etapa en la que voy a tener que tomar prontas decisiones después de dos años de mantener una relación. Siempre sacrifiqué de alguna manera la parte emocional por mi profesión. Pero ya no soy ninguna niña tampoco y sé que tengo que pensar si quiero tener familia, si me quiero casar. Claro que es algo que me da mucha ilusión y sí me gustaría formar una familia y casarme y crear mi propio nidito de amor, como se dice, pero todo tiene su momento.
–¿Nunca antes pensaste en casarte? –Sí, claro que sí. Inclusive en dos oportunidades casi me caso.
–¿Con peruanos? –No, eran mexicanos.
–¿Y qué pasó? –Tenía anillo en mano y todo estaba listo, pero lo cancelé. Parecía Julia Roberts en la película ‘La novia fugitiva’. Lo cierto es que han quedado buenas relaciones con ellos. Hasta los anillos me dejaron, no quisieron aceptarlos de regreso.
–Sentiste que no estabas preparada. –Exacto. Los novios con quienes iba a casarme estaban muy consolidados, entonces buscaban disfrutar del matrimonio, formar una familia, dar la vuelta al mundo cinco veces sin responsabilidades. Pero yo siempre sentí que tenía que hacer cosas productivas y no depender de nadie. A lo mejor hoy en día estaría felizmente casada y sin ningún tipo de preocupaciones, pero no estaría haciendo Viva México o Viva Perú. Hasta ahora las decisiones que he tomado han sido las correctas. Estoy donde quiero estar y con muchas motivaciones, como la de aportar al intercambio entre Perú y México.
–Para ese gran proyecto que tanto te motiva cuentas con el apoyo de los empresarios mexicanos más destacados. –De lo que se trata es de contribuir a aumentar las inversiones que existen. México, si mal no lo recuerdo, es hoy en día el tercer inversionista más importante en el Perú, con más de ocho mil millones de dólares. Somos los dos grandes imperios que han existido en este lado del continente. La conquista española como que truncó este desarrollo. Pero pienso que aztecas e incas nunca llegaron a tener tanta cercanía como la tienen hoy en día.
–Acabas de ofrecer también un Viva México en Lima, ¿ahora qué sigue Ingrid? –El hecho de que el evento se haya acabado no significa que dejemos de promocionarnos como país y como destino turístico. A partir del próximo año me gustaría invitar a grupos de líderes de opinión peruanos a México. Por otra parte, del lado de México hay también mucho interés. Incluso me han propuesto llevar el Viva México a otras ciudades como Nueva York. Pero vamos a paso a paso, cada cosa en su momento.
–¿Qué ganas tú con todo esto? –Lo hago por iniciativa propia, por voluntad. Nada de esto tiene fines de lucro. Es algo que le debo al Perú, es parte de mi gran amor al país que me vio nacer y, claro, a México, el país al cual pertenece ahora mi día a día.
En México Ingrid vive en un departamento de Polanco, un barrio residencial y al mismo tiempo comercial, algo así como San Isidro, digamos, cuyas paredes están decoradas con importantes piezas de arte. Tiene un Szyszlo, por ejemplo. En Lima, donde también conserva un departamento con vista al Golf de San Isidro, tiene además cuadros de Gerardo Chávez, Andrés Molina y Ramiro Llona. “El arte es una de mis principales motivaciones pues te permite liberar emociones en medio de la vorágine de la ciudad. El arte es como un refugio”, dice Ingrid, piscis, treinta y ocho años.
–¿Cómo así al empresario Carlos Slim le interesó mostrar en Lima, en el Museo de Arte Italiano, una de sus colecciones de arte? – Carlos Slim es un amigo personal. Pero al margen de eso, él siente que tiene mucho compromiso con ell mundo. Dadas las cercanías, estuvo con nosotros en Viva Perú el año pasado, nos dio consejos y orientó en muchos temas. Es como el padrino de todo esto. Y con la visión que tiene está muy interesado en seguir aportando al intercambio de ambos países. Por eso ahora nos entrega piezas que no puedes verlas, incluso, ni en el Museo Soumaya de la Fundación Carlos Slim, porque se trata de piezas personales, como las de Dalí o Rodin, que pertenecen a su intimidad.
–Se dicen muchas cosas sobre Carlos Slim, es como una legenda viva. –Sí, él es una leyenda, es un hombre con mucha genialidad. Me acuerdo que hace un par de años, cuando estábamos juntos en Machu Picchu viendo las ruinas con la guía, él dijo: “ahorita regreso”, y se sentó en una de las mágicas rocas que tenemos allí. Lo veíamos a lo lejos haciendo números y fórmulas. Y cuando regresó ya tenía un nuevo sistema para la telefonía celular. Es un cerebro que no deja de pensar nunca. Esté donde esté, siempre está procesando como una caja registradora. Entonces en broma le decía: “esa nueva fórmula se la debes a Machu Picchu”.
–¿Tu vida ahora ya está lejos del Perú? –Mi vida hoy en día está en México, pero vengo seguido al Perú y con muchas ganas. Mi mamá, mi hermano y mis sobrinos están aquí. En México me he ganado un lugar, cosa que no es fácil, y tengo gente que es de mi corazón, que me quiere y aprecia y yo a ellos.
–¿Cómo es un día tuyo allá? –Muy variado, soy una persona muy activa. Me gusta, por ejemplo, hacer deporte. Cuando tengo la oportunidad corro por lugares históricos, a lo mejor por el castillo Chapultepec. Me gusta correr disfrutando los paisajes que tiene Polanco. Solo que por vivir allá tengo un grave problema. A media cuadra de mi casa está lo que vendría a ser la quinta avenida de México, donde están todas las tiendas de marca: Gucchi, Chanel, todas, todas, todas están ahí. Es una tentación pasar por esa calle porque nunca sabes cómo regresas. Tengo cerca a restaurantes y museos y los mejores hoteles de México están a dos minutos de mi casa.
–En la ciudad de México hay como una ola de inseguridad. ¿La has sentido? –Sí, me asaltaron con pistola en la calle. Fue un día que estaba sin guardaespaldas, en mi camioneta nuevecita, impecable, acababa de llegar de un viaje maravilloso que hice a China durante un mes. Entonces regresé a México y lo único que quería era seguir sintiéndome libre. Pero cuando estaba en un semáforo, a las once de la mañana, escuchando música a todo volumen, porque cuando estoy sin el chofer me siento como más liberada, de pronto me tiraron un balazo.
–¿Cómo fue eso? ¿Te pasó algo? –Me querían robar el reloj. Estaba con la ventana cerrada y el asaltante puso la pistola para que yo la baje. Pero con la música a todo volumen, mirando al frente, ni lo veía. Así que lo desesperé al pobre hombre y entonces disparó el balazo. Se rompieron todos los vidrios pero la bala ni me tocó. Tampoco me llegaron a robar algo. Justo hace menos de un mes estuvimos allá en una marcha por la paz, porque ya había casos de inseguridad extremos.
–¿Has tomado alguna precaución desde ese incidente, Ingrid? –Ya tengo una camioneta blindada y procuro no salir sin chofer. Pero hago muchas cosas y las voy a seguir haciendo porque no voy a dejar de ser yo por todo eso. Me gusta disfrutar de la ciudad, de su sabor y de su corazón. Por eso trato de caminar y no solo de subirme al auto para que el chofer me lleve y después el guardaespaldas me espere. Intento escapar de todo ello e irme al parque con mi perrita Mora, caminar hacia un restaurante o ponerme un buzo y salir a correr. Yo no soy de las que vive con miedos, yo camino sintiéndome segura.
–Y en el amor, ¿también te sientes segura? –Creo que estoy en una etapa en la que voy a tener que tomar prontas decisiones después de dos años de mantener una relación. Siempre sacrifiqué de alguna manera la parte emocional por mi profesión. Pero ya no soy ninguna niña tampoco y sé que tengo que pensar si quiero tener familia, si me quiero casar. Claro que es algo que me da mucha ilusión y sí me gustaría formar una familia y casarme y crear mi propio nidito de amor, como se dice, pero todo tiene su momento.
–¿Nunca antes pensaste en casarte? –Sí, claro que sí. Inclusive en dos oportunidades casi me caso.
–¿Con peruanos? –No, eran mexicanos.
–¿Y qué pasó? –Tenía anillo en mano y todo estaba listo, pero lo cancelé. Parecía Julia Roberts en la película ‘La novia fugitiva’. Lo cierto es que han quedado buenas relaciones con ellos. Hasta los anillos me dejaron, no quisieron aceptarlos de regreso.
–Sentiste que no estabas preparada. –Exacto. Los novios con quienes iba a casarme estaban muy consolidados, entonces buscaban disfrutar del matrimonio, formar una familia, dar la vuelta al mundo cinco veces sin responsabilidades. Pero yo siempre sentí que tenía que hacer cosas productivas y no depender de nadie. A lo mejor hoy en día estaría felizmente casada y sin ningún tipo de preocupaciones, pero no estaría haciendo Viva México o Viva Perú. Hasta ahora las decisiones que he tomado han sido las correctas. Estoy donde quiero estar y con muchas motivaciones, como la de aportar al intercambio entre Perú y México.
–Para ese gran proyecto que tanto te motiva cuentas con el apoyo de los empresarios mexicanos más destacados. –De lo que se trata es de contribuir a aumentar las inversiones que existen. México, si mal no lo recuerdo, es hoy en día el tercer inversionista más importante en el Perú, con más de ocho mil millones de dólares. Somos los dos grandes imperios que han existido en este lado del continente. La conquista española como que truncó este desarrollo. Pero pienso que aztecas e incas nunca llegaron a tener tanta cercanía como la tienen hoy en día.
Revista CARETAS
Nombre Completo: Yngrid Mariella Yrribarren Paz
Desde muy niña la Yrivarren destacó por su belleza y su amor por el deporte, lográndose campeona nacional de natación con el equipo del Club Regatas cuando tenía 15 años. Dos años más tarde daba sus pinitos como modelo publicitaria.
Así, su imagen comenzó a hacerse conocida en paneles, avisos de diarios y revistas, por lo que no dudó en aceptar participar en el Miss Perú Mundo de 1992. Obviamente, lo ganó y llevó la corona con mucho orgullo. A la par, su imagen se hacía mucho más popular debido a que se paseaba entre los canales 4, 7 y 9, como presentadora de noticias. Las ciencias de la comunicación llamaron su atención.
En México conoció al amor de su vida
Yngrid Yrivarren sintió que había tocado techo en el ambiente televisivo local, cogió sus maletas y voló para Estados Unidos, donde consiguió una oportunidad en el canal USA Networks, donde siguió ligada al periodismo. Ese gran paso en su carrera la obligó a mudarse a México, donde no sólo crecería como mujer, sino también como empresaria y se volvería a enamorar.
Haciendo caso al llamado de la cadena Televisa, donde comenzó a realizar programas especiales, la peruana –que prefiere ya no recordar su pasado como miss o modelo- conoció al magnate y coleccionista mexicano Juan Antonio Pérez Simon, uno de los hombres más poderosos de ese país, con quien se dice mantiene una relación.
Así, su imagen comenzó a hacerse conocida en paneles, avisos de diarios y revistas, por lo que no dudó en aceptar participar en el Miss Perú Mundo de 1992. Obviamente, lo ganó y llevó la corona con mucho orgullo. A la par, su imagen se hacía mucho más popular debido a que se paseaba entre los canales 4, 7 y 9, como presentadora de noticias. Las ciencias de la comunicación llamaron su atención.
En México conoció al amor de su vida
Yngrid Yrivarren sintió que había tocado techo en el ambiente televisivo local, cogió sus maletas y voló para Estados Unidos, donde consiguió una oportunidad en el canal USA Networks, donde siguió ligada al periodismo. Ese gran paso en su carrera la obligó a mudarse a México, donde no sólo crecería como mujer, sino también como empresaria y se volvería a enamorar.
Haciendo caso al llamado de la cadena Televisa, donde comenzó a realizar programas especiales, la peruana –que prefiere ya no recordar su pasado como miss o modelo- conoció al magnate y coleccionista mexicano Juan Antonio Pérez Simon, uno de los hombres más poderosos de ese país, con quien se dice mantiene una relación.
Fuente: TerraPeru
Nacida para ganarHace 38 años, un soleado día de marzo, la ciudad de Lima se engalanó con su nacimiento. Desde muy pequeña empezó a practicar deportes. A los 15 años fue campeona nacional de natación, integrando el equipo del exclusivo Club Regatas de Chorrillos. Durante su adolescencia fue una aplicada estudiante del colegio 'Recoleta', de La Molina, lo que le valió dominar el idioma francés y egresó en 1987. Al año siguiente, debutó como narradora de noticias en el noticiero 'Primera Plana' de América TV. Entonces ya tenía 1.71 m de pura belleza femenina y forjó una carrera meteórica en el mundo del modelaje. En 1989 participó en el certamen 'Modelo Latina 1989', donde concursaron reconocidas modelos como Almendra Gomelsky, Susan León, Olenka Zimmermann y Carla Barzotti, también vinculada sentimentalmente con el corrupto patriarca de los León. Siguió escalando posiciones, en el mundo de la belleza, y en 1992 se coronó Miss Perú Mundo.
Imparable en sus actividades, Ingrid también incursionó en la actuación y llegó a tener un papel secundario en la telenovela 'Malicia', donde fue protagonista Carla Barzotti. Esta última fue vista, un lejano año nuevo de 1996, bailando muy acaramelada con el 'Casanova' Rómulo León en el Hotel Mossone, en el oasis de La Huacachina, en Ica. Quien dio aviso del romance fue el ex diputado Fernando 'Popy' Olivera, archienemigo de León, a quien denunció en el Congreso en 1988 por haberse beneficiado con coimas y suntuosos viajes.
Ampay en VeneciaA finales del primer gobierno de Alan García, (85- 90) dirigentes sindicales de Pescaperú acusaron a León Alegría de recorrer placenteramente el mundo con dineros del Estado. Fue denunciado constitucionalmente en el Congreso en 1990 por concusión y peculado, hasta por 15 millones de dólares, por la construcción sin licitación del muelle pesquero de Chimbote. Es en ese tiempo que el ministro 'playboy' empieza a cortejar a Yrrivarren. Dejó, finalmente, a su esposa Cecilia Romero, madre de sus tres hijos, y apuntó a la bella modelo. Al fin y al cabo, León, como buen ex vendedor de cortinas y muebles de las tiendas 'Danny', no daba puntada sin hilo. Ingrid era una mujer hermosa y sabía cuándo abrir la boca. Sin embargo, no pudieron escapar a una indiscreta cámara de la revista 'Oiga', que los encontró paseando tiernamente de la mano en la romántica ciudad de Venecia, en Italia.
La relación fue la comidilla en las altas esferas limeñas. "Se divorció porque en esa edad y cuando fue ministro, de repente fue muy infantil y alocado y tuvo a esta amante, a la Ingrid Yrrivarren", contó hace unos días Giovanna Badani, que también cayó en los brazos del calvo conquistador, y hoy espera un hijo del prófugo. A pesar de su prestancia de dama de alta sociedad, a Badani le resulta difícil esconder su antipatía hacia la ex amante del padre de su hijo: "A mí no me gustan esas chicas ambiciosas que van detrás del poder. Ella tiene su novio mexicano que es un magnate. El mismo Rómulo me lo contaba. Creo que ella le tiene mucho cariño(...), le debe todo lo que es hoy. Él ha hecho mucho por ella y, quizá, fue su trampolín".
Por el periodismoAlrededor de 1992, Ingrid entró a trabajar al noticiero 'Confirmado' de Canal 7, conduciendo el bloque central junto a Gisela Estévez. En el acto se convirtió en la imagen del canal. "Era muy alegre y tranquila. Pero nos sorprendió que entre con tanta fuerza. Le dieron las coberturas especiales", recuerda Lucho Pando, curtido periodista de Deportes, que trabajó once años en ese canal conduciendo el programa 'Viva el deporte'. "Recuerdo que incluso 'puenteó' a Lucero Vílchez, la hija del conocido Humberto Vílchez Vera. La verdad que entró con poder, pero siempre se portó bien", evoca Pando.
Eran los primeros años del gobierno fujimorista y los apristas, que habían apoyado la candidatura del japonés, aún tenían el control del canal. "A mí no me consta nada, pero aún estaban los apristas, y se rumoreaba que su padrino era Rómulo", agrega.
Pese al éxito, a Ingrid el Perú le quedaba chico. Se graduó de Comunicadora Social en la Universidad Garcilaso de la Vega, y luego de pasar por algunos noticieros, como el de ATV, y conducir espacios de cable, se trasladó a México en el 2000 contratada por Televisa, llegando a cubrir las Olimpiadas de Sidney.
En poco tiempo, México se rindió a sus pies. Su gracia y belleza le valieron ingresar a los círculos más exclusivos del país azteca. Allí conoció al poderoso Carlos Slim, su amigo personal con quien viajó a Machu Picchu. Slim, hijo de inmigrantes libaneses, está catalogado por la revista 'Forbes' como el segundo hombre más rico del planeta y es dueño de 'Telmex', 'América Móviles' y 'Claro' en el Perú. De a poco, Ingrid fue convirtiéndose, en la práctica, en una hermosa representante de la cultura peruana organizando eventos y desfiles de modas.
Se instaló en un penthouse en el exclusivo barrio de Polanco, junto a su perrita 'Mora'. Su afición por el arte creció y atesora obras de colección, como cuadros Fernando de Szyszlo, Renato Padilla y Rufino Tamayo. Su departamento está amoblado con piezas diseñadas por el reconocido arquitecto Marc Pariente. En su nuevo mundo de glamour, Ingrid conocería a su nueva conquista y actual pareja, casi 30 años mayor: el multimillonario Juan Antonio Pérez Simón, amigo y socio del magnate Slim. Ya llevan más de dos años juntos, pero su relación con los León no se ha deteriorado, pues en el 2006 fundó la empresa 'Cla Tel' con la participación de Romulito y Luciana León.
Imparable en sus actividades, Ingrid también incursionó en la actuación y llegó a tener un papel secundario en la telenovela 'Malicia', donde fue protagonista Carla Barzotti. Esta última fue vista, un lejano año nuevo de 1996, bailando muy acaramelada con el 'Casanova' Rómulo León en el Hotel Mossone, en el oasis de La Huacachina, en Ica. Quien dio aviso del romance fue el ex diputado Fernando 'Popy' Olivera, archienemigo de León, a quien denunció en el Congreso en 1988 por haberse beneficiado con coimas y suntuosos viajes.
Ampay en VeneciaA finales del primer gobierno de Alan García, (85- 90) dirigentes sindicales de Pescaperú acusaron a León Alegría de recorrer placenteramente el mundo con dineros del Estado. Fue denunciado constitucionalmente en el Congreso en 1990 por concusión y peculado, hasta por 15 millones de dólares, por la construcción sin licitación del muelle pesquero de Chimbote. Es en ese tiempo que el ministro 'playboy' empieza a cortejar a Yrrivarren. Dejó, finalmente, a su esposa Cecilia Romero, madre de sus tres hijos, y apuntó a la bella modelo. Al fin y al cabo, León, como buen ex vendedor de cortinas y muebles de las tiendas 'Danny', no daba puntada sin hilo. Ingrid era una mujer hermosa y sabía cuándo abrir la boca. Sin embargo, no pudieron escapar a una indiscreta cámara de la revista 'Oiga', que los encontró paseando tiernamente de la mano en la romántica ciudad de Venecia, en Italia.
La relación fue la comidilla en las altas esferas limeñas. "Se divorció porque en esa edad y cuando fue ministro, de repente fue muy infantil y alocado y tuvo a esta amante, a la Ingrid Yrrivarren", contó hace unos días Giovanna Badani, que también cayó en los brazos del calvo conquistador, y hoy espera un hijo del prófugo. A pesar de su prestancia de dama de alta sociedad, a Badani le resulta difícil esconder su antipatía hacia la ex amante del padre de su hijo: "A mí no me gustan esas chicas ambiciosas que van detrás del poder. Ella tiene su novio mexicano que es un magnate. El mismo Rómulo me lo contaba. Creo que ella le tiene mucho cariño(...), le debe todo lo que es hoy. Él ha hecho mucho por ella y, quizá, fue su trampolín".
Por el periodismoAlrededor de 1992, Ingrid entró a trabajar al noticiero 'Confirmado' de Canal 7, conduciendo el bloque central junto a Gisela Estévez. En el acto se convirtió en la imagen del canal. "Era muy alegre y tranquila. Pero nos sorprendió que entre con tanta fuerza. Le dieron las coberturas especiales", recuerda Lucho Pando, curtido periodista de Deportes, que trabajó once años en ese canal conduciendo el programa 'Viva el deporte'. "Recuerdo que incluso 'puenteó' a Lucero Vílchez, la hija del conocido Humberto Vílchez Vera. La verdad que entró con poder, pero siempre se portó bien", evoca Pando.
Eran los primeros años del gobierno fujimorista y los apristas, que habían apoyado la candidatura del japonés, aún tenían el control del canal. "A mí no me consta nada, pero aún estaban los apristas, y se rumoreaba que su padrino era Rómulo", agrega.
Pese al éxito, a Ingrid el Perú le quedaba chico. Se graduó de Comunicadora Social en la Universidad Garcilaso de la Vega, y luego de pasar por algunos noticieros, como el de ATV, y conducir espacios de cable, se trasladó a México en el 2000 contratada por Televisa, llegando a cubrir las Olimpiadas de Sidney.
En poco tiempo, México se rindió a sus pies. Su gracia y belleza le valieron ingresar a los círculos más exclusivos del país azteca. Allí conoció al poderoso Carlos Slim, su amigo personal con quien viajó a Machu Picchu. Slim, hijo de inmigrantes libaneses, está catalogado por la revista 'Forbes' como el segundo hombre más rico del planeta y es dueño de 'Telmex', 'América Móviles' y 'Claro' en el Perú. De a poco, Ingrid fue convirtiéndose, en la práctica, en una hermosa representante de la cultura peruana organizando eventos y desfiles de modas.
Se instaló en un penthouse en el exclusivo barrio de Polanco, junto a su perrita 'Mora'. Su afición por el arte creció y atesora obras de colección, como cuadros Fernando de Szyszlo, Renato Padilla y Rufino Tamayo. Su departamento está amoblado con piezas diseñadas por el reconocido arquitecto Marc Pariente. En su nuevo mundo de glamour, Ingrid conocería a su nueva conquista y actual pareja, casi 30 años mayor: el multimillonario Juan Antonio Pérez Simón, amigo y socio del magnate Slim. Ya llevan más de dos años juntos, pero su relación con los León no se ha deteriorado, pues en el 2006 fundó la empresa 'Cla Tel' con la participación de Romulito y Luciana León.
Fuente: Diario Trome
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